El plano de una increíble ciudad flotante a la deriva en los océanos presenta edificios futuristas que se elevan en espiral hasta 1.000 metros bajo el agua.
Se dice que Aequorea, una ciudad ficticia en el agua frente a la costa de Río de Janeiro, Brasil, tiene enormes edificios oceánicos hechos completamente de desechos plásticos impresos en 3D.
Diseñada por el galardonado arquitecto belga Vincent Callebaut, la majestuosa ciudad ha sido descrita como “un rascacielos oceánico impreso en 3D a partir de la basura del séptimo continente”.
El concepto detrás de su visión es resaltar la necesidad de limpiar la “sopa asquerosa de desechos de petróleo” creada por el plástico en el océano.
Unas 1.000 torres, diseñadas para 20.000 acuanautas, se construirían con algoplast, una mezcla de algas y basura.
El arquitecto ve a los habitantes de la ciudad adoptando un estilo de vida sostenible, utilizando fuentes de energía renovables y usando máscaras branquiales para respirar bajo el agua.
Los alimentos serían reemplazados por algas, plancton y moluscos, mientras que los huertos y huertas se colocarían sobre estructuras similares a conchas.
El principal medio de transporte serían los barcos o submarinos que utilizan combustible de algas, mientras que la nueva moneda sería el Aequo.
Además, las criaturas marinas como las estrellas de mar, los arenques y las ballenas jorobadas se utilizarían en la investigación de tratamientos contra el cáncer, el SIDA y las enfermedades del corazón.
El arquitecto presenta la idea en forma de carta de un personaje ficticio llamado Oceane, de 15 años, dirigida a “la gente de esta tierra”.
La carta afirma que la gente en el siglo XX producía “hasta diez veces más basura al año” y “decidió extraer valor de esta repugnante sopa de desechos de petróleo reciclándola”.
El autor continúa explicando cómo cambió el estilo de vida en 2065, detallando los principales cambios ambientales después del surgimiento de la nueva civilización de la Gente del Mar.
Callebaut es conocido por sus revolucionarios diseños futuristas, incluidas las “torres orgánicas” diseñadas para mejorar la salud mental de los habitantes de la ciudad.
El rascacielos “Rainbow Tree” de 32 pisos en la ciudad de Cebú, Filipinas, que se inauguró en 2020, tiene su propia “granja del cielo”, 30,000 plantas y puede acomodar a cientos de familias.